20060809
arde a terra de breogán
Así es, Galicia arde, y esto mientras el gobierno se reúne en un llamado Gabinete de Crisis, que como todos los gabinetes de este gobierno, como de otros anteriores, no aportará solución alguna, al menos con la rapidez necesaria.
Parece que ahora el fuego ha dejado de ser algo accidental o producido por agricultores ingenuos o pirómanos a los que sus papas no abrazaban de pequeños. Los intereses de algunos niegan el pragmatismo de una inversión de futuro en pro de la destrucción del futuro a favor de un beneficio inmediato.
Propongo lo siguiente, y lo propongo por puntos.
1.- Algo obligado y que parece ya absurdo no tenerlo en un sistema democrático y que pretende ser, por algunos, republicano. Esto es, Servicio Militar Obligatorio. En los principios básicos de la democracia se recoge el hecho de que el pueblo es quien gobierna al pueblo, y el pueblo es el único responsable del pueblo, por tanto el pueblo tiene la obligación de su propia protección y por eso mismo todo ciudadano tiene la obligación de servir al máximo exponente de seguridad del Estado, que es el Ejército.
2.- Una vez establecido esto los bomberos deben pasar a ser un cuerpo militar especializado y dedicado exclusivamente a la extinción de los incendios allí donde se produzcan. Al hacer esto siempre, gracias al servicio obligatorio, habrá suficientes bomberos. Además estos deberían tener mejor sueldo que un soldado de otro cuerpo militar habitual, al ser los bomberos un cuerpo especializado y de élite. Con esto también se evitan intereses económicos por parte de bomberos con miedo a quedarse sin trabajo o a empresas privadas encargadas de proveer a las mismas, como se llega a pensar en estos tristes y ahumados días. El fuego dejara de ser un negocio para muchos para ser enemigo del Estado.
3.- Condenas a los responsables con penas superiores a los 25 años, con obligación de trabajos de recuperación de bosques no remunerados aunque si cotizados y ser incluso acusados de terrorismo contra el conjunto del Estado y la seguridad nacional en casos de gran magnitud.
El Estado somos todos, y todos somos responsables de él y su territorio.