Ha aparecido recientemente en la gran red global un vídeo en el cual se ve a Max Mosley siendo humillado, torturado, y esas cosas que hacen los sadomasoquistas en su lujosa mansión de un también lujoso barrio de Chelsea, Londres. Además de la propia naturaleza sadomaso del vídeo, que ya sería de por si escandalosa, Mosley le ha dado motivos a los que viven del cuento a que se les oiga otra vez en la prensa. Me refiero con esto a la gente del estilo de Stephen Smith, director del Centro del Holocausto, que debido a que en su juego erótico Mosley haya incluido atrezos nazis (supongo que para darle un toque historicista a eso de las torturas, vejaciones, y golpes, que le excitan) hayan aprovechado para dejar caer sus típicas y repetitivas acusaciones de racismo y de insulto a las victimas del holocausto (que no hay manera de dejarlas tranquilas).
Lo patético de esta situación no es que el muy subnormal no haya grabado sin la más completa de seguridad que debería haber evitado que se filtrase a la red, si no que la gente aproveche la mínima excusa para empezar a acusar a los demás de racista, xenófobo, homófono, nazi, y una larga serie de insultos e improperios dedicados demasiado habitualmente a los que se expresan, creen o hacen juegos sexuales distintos a los de la mayoría progre.
POR QUE UNA PERSONA NO PUEDE SER SODOMIZADO POR UNA PUTA VESTIDA DE NAZI, PERO SI DE OFICIAL DE LA RUSIA SOVIÉTICA???
El que no haya otra respuesta que “la opinión pública” me da asco.
Incluso las más importantes compañías automovilísticas y las escuderías de F1 piden su dimisión. Yo lo que le pediría es que no fuese tan subnormal como para grabarlo, o por lo menos haber tenido el descuido de que se pudiese filtrar a Internet, ese Dios que todo lo ve.
Eso sí, desde el incidente ya se ha indagado en su pasado y en el de sus antepasados para destacar que Mosley es el mas nazi del mundo (hasta que escojan otro los periódicos) debido a que su padre fue amigo del propio Hitler, prueba innegable de su condición nacionalsocialista y xenófoba, ya que uno siempre tiene las mismas inclinaciones políticas y éticas que su padre.
Yo soy la prueba, mi padre de ideas A y yo de B… pues ya ves… debo ser rarito.
De todos modos a Max Mosley le está bien merecido, pues el mismo acusó a los españoles en general y a los que asistieron al ultimo GP de Barcelona de racistas por meterse con el nené-Hamilton, a sabiendas, pues lo sabe todo el mundo, de que si lo vacilaron fue por falso mamón y niñato estúpido y ladrón.