20080424

nicolás kaminski, el ucraniano ss.

Nicolás Kaminski había sido maestro de escuela y venía de Briansk, Ucrania. Su madre era polaca, su padre alemán. Durante el invierno 1941-1942, partió con un puñado de fanáticos para hacer la guerra contra los partisanos. Himmler oyó hablar de él por el Obergruppenführer Berger y, en seguida, se interesó por el hombrecillo cuya crueldad se había hecho célebre, aún más allá de las fronteras alemanas. Sus torturas superaban las de los más imaginativos verdugos chinos, cuando se trataba de infligir una muerte lenta.
Kaminski fue llamado a Berlín y conquistó a Himmler.

A partir de aquel momento, los ucranianos se tornaron casi iguales a los germanos a ojos de los dirigentes SS.
Kaminski hizo una carrera fulgurante. Aunque no fuese germano, llegó en tres meses a SS Brigadenführer y general de División en las Waffen SS. Himmler le otorgó poderes tales que hasta los oficiales mejor situados del Ejército no podían nada contra él. A finales de 1942, el general Kaminski tuvo la idea de crear una república que incluía toda la provincia de Lokot; su brigada se elevaba a 6.000 hombres, en su mayoría desertores del Ejército Rojo. Estaba compuesta por ocho batallones de infantería, un Batallón de carros medianos capturados a los rusos, una sección de cosacos y una Compañía de zapadores. En dos años y ante el asombro de los militares, Kaminski consiguió limpiar Lokot de partisanos.
En la primavera del 43, Himmler destinó la Brigada Kaminski a la región de Lemberg, en Polonia. Allí, Kaminski se superó a sí mismo en crueldad. Donde mandaba, sólo quedaban cadáveres y ruinas.
“Comando Reichsfürer Himmler”
Sven Hassel.
Páginas 129 a 130.
Edit. Inédita editores.
Es alucinante a que extremos llega el ser humano en la guerra. ¿Que es meritorio? ¿Que es digno de admiración? Es una pregunta con una respuesta caduca y dependiente de la época, la sociedad, y el país en el que vivimos. Dejemos que siga cada vez más lejos la Alemania nazi y la Rusia soviética. Vivamos el capital y el desarrollo y progresemos como un solo pueblo occidental. Marulov Kahn.